[Traducción de un reportaje escrito por Sean Cole para el portal VICE]
Transformar la naturaleza de la comedia y la animación para crear el que tal vez sea el programa de televisión más exitoso de todos los tiempos no es tan glamuroso o emocionante como podrías imaginar. Los guionistas de Los Simpson pasaban largas jornadas en la misma habitación, trabajando duro en busca de chistes e historias. Los animadores trabajaban horas extras para dar vida a episodios más grandes y ambiciosos. Ser gracioso a veces era pura rutina, pero los involucrados tenían la sensación de que estaban trabajando en algo especial.
En la cuarta temporada, Los Simpson habían entrado en lo que muchos ahora consideran su edad de oro (aunque, en ese momento, ya había quien decía que estaban perdiendo el rumbo). «Marge contra el monorraíl» (04×12), con su grandiosidad, estúpidas acotaciones y abundancia de humor absurdo, representó un cambio radical en la fórmula establecida de la serie. Si bien las reacciones iniciales fueron muy diversas, ahora es considerado como uno de los mejores episodios de Los Simpson.
Partiendo de un guion de Conan O’Brien, que por aquel entonces era un joven y enérgico escritor de comedia, y una dirección meticulosa pero alegre de Rich Moore, quien posteriormente ganó un Oscar a la Mejor Película de Animación con «Zootopia», el resultado es un viaje salvaje en el que el encantador estafador Lyle Lanley convence a Springfield para gastar 3 millones de dólares en un monorraíl únicamente con el poder de una canción. Una tragedia se avecina hasta que Homer salva el día con la ayuda del Mozo Mantecoso.
Con parodias de «Los Picapiedra», «Vivir de ilusión» (The Music Man, 1962) y varias películas de catástrofes, así como una familia de zarigüeyas y algunas frases memorables de la estrella invitada Leonard Nimoy, «Marge contra el monorraíl» ayudó a trazar un nuevo rumbo para Los Simpson. También logró poner Brockway, Ogdenville y North Haverbrook en el mapa. Veintisiete años después de su estreno, cinco figuras clave involucradas en la realización del episodio han compartido sus recuerdos de la creación de un clásico.
ORIGEN
Mike Reiss, Showrunner: Cada año, todos los guionistas se iban a un retiro, y era un día en el que teníamos la atención exclusiva de Matt Groening y James L. Brooks. Nos preparábamos pequeñas presentaciones. Conan era nuevo en el trabajo y llegó con tres ideas. Primero las probó con Al Jean [Showrunner] y conmigo.
Cuando nos enteramos del episodio del monorraíl, dijimos: «No creemos que a Jim Brooks le guste esto. Pensamos que es demasiado extraño, así que guárdatelo en tu bolsillo trasero y no lo presentes a menos que ya hayas presentado tus otras dos ideas». Eso demuestra que no sabíamos nada, porque a Brooks le encantó la idea. Conan vendió tres ideas de guiones en esa reunión, su primera reunión, y no creo que nadie haya hecho eso antes o después.
Jeff Martin, Productor: Conan empezó a toda marcha. Él tenía la oficina junto a la mía. Normalmente estábamos en la sala de guionistas, pero cuando te marchabas y escribías tu primer borrador, te ibas a tu pequeña oficina. Lo recuerdo escribiendo la canción del monorraíl y él sabía que tenía algo bueno. Estaba muy emocionado por lo que se le ocurría. Aparecía en mi oficina con un pareado, como Wiggum diciendo: «Se me ha quedado la anilla pendiente / Use mi navaja, señor agente». Me lo estaba contando mientras lo escribía.
Mike Reiss: La sala de guionistas siempre fue muy divertida, creativa y llena de energía, pero se trabajaba muy duro. Se hacían muchas horas extras. Al Jean y yo dirigíamos la serie y trabajábamos 100 horas a la semana. Aunque les gustaba el trabajo y les encantaba la serie, todos se fueron tan pronto como pudieron. Nadie pudo mantener el ritmo al que íbamos.
Josh Weinstein, Story Editor: Trabajar con Conan fue como ver un episodio de diez horas de su programa, todos los días, en la sala de guionistas. Los demás guionistas son divertidísimos, pero la mayoría son callados y reflexivos, mientras que Conan está chalado. Aunque está loco, es un escritor súper meticuloso. Algunos primeros borradores requieren mucha reescritura, pero su primer borrador fue excelente.
Jeff Martin: Mi recuerdo personal de trabajar en Los Simpson es estar el 98 por ciento del tiempo sentado en una habitación, en un sitio de un sofá, durante un promedio de 11 horas al día. Comer y cenar en esa habitación, y ver a un grupo de hombres relativamente jóvenes envejecer rápidamente y engordar.
CÓMO ‘LOS SIMPSON’ YA ESTABA CAMBIANDO
Josh Weinstein: Las temporadas tres y cuatro son las mejores temporadas. Fue entonces cuando consiguieron la fórmula correcta. Las dos primeras temporadas son brillantes, pero son un poco lentas y no hay tantos chistes. Creo que en la tercera temporada habían descubierto el equilibrio perfecto entre historia, personajes y chistes. En la cuarta temporada, la serie estaba funcionando a toda máquina.
Mike Reiss: En la cuarta temporada, los tres productores ejecutivos nos dejaron en paz. Apenas vimos a Matt Groening, Sam Simon y James L. Brooks. Habían consolidado Los Simpson y habían marcado las pautas de la serie, y entonces se pusieron a desarrollar cosas nuevas. No podríamos haber hecho la serie sin ellos, pero fue bueno no tener esta capa adicional de personas supervisando el proyecto. Al y yo, junto al equipo, conseguimos hacer la serie que queríamos hacer.
David Silverman, Supervisor de dirección: Ciertamente estábamos mejorando en nuestro oficio, pero todavía eran esos años de exploración, y parecía que cada episodio intentaba algo diferente. Simplemente seguíamos sumando elementos a toda la estructura de Springfield, al mundo y al elenco de personajes.
Rich Moore, Director: Para mí, como director, «Marge contra el monorraíl» fue un verdadero punto de inflexión, porque fue el comienzo de estos grandes episodios espectaculares. Teníamos algún número musical de vez en cuando, pero las historias habían sido más íntimas. Todo muy hogareño y en torno a la casa. Y aparece este episodio que tiene un final de película de catástrofes en toda regla.
Mike Reiss: La serie estaba derivando lentamente hacia el surrealismo. Al final de ese episodio, cuando Leonard Nimoy desaparece como en Star Trek, recuerdo que Jeff Martin dijo que estaba pensando: «Está bien, supongo que lo estamos haciendo ahora. Los Simpson ha decidido que se pueden romper las leyes físicas». No era una visión que tuviéramos para la serie ni nada de eso, Al y yo simplemente estábamos tratando de hacer reír. La serie tuvo que volverse un poco más grande y extraña todo el tiempo para conseguir eso.
Jeff Martin: Hubo un credo establecido desde el principio, principalmente por Matt Groening y Jim Brooks, de que la serie tendría una realidad básica y central. Que fueran una familia y que se cumplieran las leyes esenciales de la física y la gravedad. Recuerdo que Matt Groening dijo: «No hacemos nada que envíe el mensaje de que la serie no es real». Bien, pero ese es el tipo de principio que es muy difícil de mantener durante docenas, no digamos ya cientos, de episodios. Solo para seguir haciendo historias, casi tienes que forzarlo un poco.
APERTURA DE ‘LOS PICAPIEDRA’
Rich Moore: Cuando era niño, Los Picapiedra era algo que llevaba en el corazón, por lo que el hecho de que el episodio comenzara con la introducción clásica, era como, «De acuerdo, vamos a hacer esto bien. Vamos a analizar la cabecera y vamos a anotar los movimientos de cámara y los tiempos». Esto fue antes de YouTube e internet. Supongo que estábamos viendo esa cabecera en una vieja cinta de vídeo, simplemente revisándola y tomando notas minuciosamente. Estábamos locos por hacerlo bien, o al menos yo lo estaba.
Eso te dice en qué punto estaba la animación en ese momento. No usábamos ordenadores. Seguíamos animando con lápiz y papel. No había tantas herramientas para analizar un fragmento de vídeo como las que tenemos ahora. Ese fue el resultado de un arduo trabajo por parte de mucha gente.
David Silverman: El fragmento de Los Picapiedra era en realidad una canción más larga [originalmente]. Al Jean y Mike Reiss acudieron a Sam Simon y dijeron: «Tenemos problemas con esta apertura». Sam Simon acabó cantando: «Simpson, Homer Simpson, el tío más grande que la historia ha ‘dao’ / No es la estrella de Springfield, pues más que estrella es un ‘estrellao'». Se le ocurrió sin pararse mucho a pensar y eso se convirtió en la apertura. A veces es agradable cuando escribes más de la cuenta y de repente estás en plan: «De acuerdo, ¿cómo arreglamos esto?»
LYLE LANLEY
David Silverman: Lo único por lo que puedo reclamar algo de crédito es por ayudar a diseñar a Lyle Lanley. Creo que buscábamos algo parecido al atuendo del profesor Harold Hill, Robert Preston en «Vivir de ilusión». Un poco de la cara también, pero solo con la amplitud de la sonrisa. Quería hacer algo gráficamente interesante como rizos en su pelo.
Rich Moore: A menos que fuera un actor haciendo su propia voz, nunca intentábamos caricaturizar expresamente a la gente. Siempre intentábamos evocarlos. Estuvo muy influenciado por el personaje de Robert Preston en «Vivir de ilusión» y mucho también vino de Phil Hartman [actor de voz]. Me encantaba. Incluso tenía esa personalidad exuberante. Una buena parte salió de observar a Phil y ver cómo se comportaba. Me encantó trabajar con todos sus personajes turbios.
Mike Reiss: Tratar con Phil era como tratar con Lyle Lanley. Él era ese tipo. Siempre estaba fingiendo ser un vendedor amable. Ni siquiera sé cómo era él en el fondo como persona. Venía y era enormemente simpático, amigable y era un placer trabajar con él. Entraba para grabar su parte y lo clavaba todo al instante. Era perfecto en cada línea en la primera toma.
Jeff Martin: Conan había estado dos temporadas en Saturday Night Live y había descrito a Hartman como absolutamente igual en todo momento. Creo que, de una manera halagadora, lo comparaba con una cafetera. ¡Llénela de agua, coloque un filtro y presione el botón! Siempre estaba de buen humor, siempre se sabía sus frases y no daba problemas. Si bien él mismo era muy amable, debo decir que era muy bueno interpretando a personas escurridizas y vacías. Creo que les aportaba mucha alegría.
Josh Weinstein: Este fue uno de los primeros episodios importantes de todo Springfield, donde el hecho de que todos en la ciudad sean tan estúpidos como para que los engañe este estafador es realmente agradable. La actuación de Phil Hartman está tan llena de entusiasmo que realmente lo amas a pesar de que es un tramposo.
Jeff Martin: Me entusiasma sobremanera, entonces y ahora, que un personaje pueda presentarse simplemente cantando una canción y conquistar a toda la ciudad. Incluso con los personajes más inteligentes y escépticos como Lisa, todo lo que Lyle Lanley tiene que hacer es hacerle un cumplido y ella también se derrite.
LA CANCIÓN DE MONORRAÍL
Jeff Martin: El pensamiento grupal sin sentido es un tema recurrente en Los Simpson, y creo que el episodio del monorraíl es el mejor ejemplo, y ciertamente mi favorito, de la mentalidad de la multitud de Springfield. Al ver el episodio, decidí ponerme a cronometrarlo. Desde que Lanley aparece silbando en la parte trasera del auditorio hasta que toda la ciudad desfila por los escalones del ayuntamiento cantando «¡Monorraíl!» pasan poco menos de dos minutos. Creo que a Harold Hill le llevó al menos cuatro minutos preparar a River City.
Rich Moore: Ese número musical fue casi más difícil de lograr que todo el clímax del tercer acto. Ya había hecho «Un tranía llamado Marge» antes. Fue un gran espectáculo musical, así que lo tomé como: «Está bien, vamos a tener que lograr lo que hicimos en ese episodio». Eso es difícil de hacer cuando no estás trabajando bajo el mismo techo que los animadores. Enviamos un plano muy completo, con todas las posiciones clave y el tiempo de animación, a Corea [donde la mayor parte de la animación la realizaba un estudio llamado AKOM], pero había que cruzar los dedos y esperar, ya que no estás allí en su sala para dirigirlos. Todo se comunica a través de instrucciones en las hojas de exposición que se han traducido del inglés al coreano.
Jeff Martin: Cada palabra de la canción del monorraíl se mantuvo sin cambios desde el primer borrador de Conan, lo cual es impresionante. Mi especialidad en la serie en esos días era escribir las melodías de las canciones. Escribí un montón de canciones, así que se me asignó poner música a la canción del monorraíl. Es algo así como, «Bum, bum, bum, bum. ¡Creo que he terminado!». Apenas llega a ser una canción. Es solo una especie de ritmo y «¡Monorraíl! ¡Monorraíl! ¡Monorraíl!». La idea de que Conan y yo co-escribimos esa canción es ridícula. Le he dicho a Conan a lo largo de los años que tuvo algo que ver con esa canción. Elton John, refiriéndome a mí, necesita a Bernie Taupin, refiriéndome a él.
Josh Weinstein: Me encantan los números musicales y Lyle Lanley. Sé que todo está basado en «Vivir de ilusión», pero el personaje es buenísimo. El número musical es realmente brillante y divertido, y es uno de los mejores números musicales de Los Simpson. Creo que eso hizo que la gente dijera: «Realmente podemos hacer números musicales divertidos».
Rich Moore: Creo que no cumplimos con el calendario programado ni con el presupuesto. Me metería en esas discusiones teóricas con el jefe de producción, que diría: «Tenemos que enviar esto a Corea para que se haga, porque tenemos que cumplir con nuestro calendario». Yo contestaría: «¿A quién le importa si cumplimos con el calendario si el episodio es malo?». El hecho de que estemos teniendo esta conversación y que el episodio sea tan respetado como es, hace que ahora sienta que gané esa discusión. Era lo que había que hacer. Valió la pena todo el dolor para llegar allí.
A GRAN ESCALA
David Silverman: Recuerdo que la primera vez que escuché sobre la idea fue cuando llegó el guion. Fue como, «Vaya, este es otro gran episodio». Creo que Rich sintió lo mismo. Estaba feliz por dirigirlo, pero al mismo tiempo, ¡ostras!, era mucho trabajo. Tenía un número de canto y baile. Tenía un monorraíl. Tenía North Haverbrook. Había mucho que diseñar. Supuso mucho trabajo extra, pero parecía que valdría la pena. Fue una combinación de inquietud y también el pensar que esto podría ser muy divertido.
Rich Moore: David Silverman dijo: «No sé cómo vamos a sacar esto adelante». Ahora tienen los medios para hacer episodios enormes y espectaculares, pero en aquel momento el equipo era más pequeño. En la animación de televisión, siempre vas con retraso. El día que empiezas, ya tienes tres días de retraso. Suponía pedir mucho. El desafío fue enorme para intentar producir y dirigir este tipo de episodios en el poco tiempo que teníamos.
Josh Weinstein: En mi opinión, es este episodio el que abrió nuevos territorios. Aunque todavía gira en torno a la familia y la ciudad y todo eso, es una idea más loca y más grande que funcionó. Creo que, hasta entonces, había habido historias más pequeñas, y esto de repente fue como: ‘No. Puedes hacer que el monorraíl venga a la ciudad e incluso puedes hacer que sea un episodio musical. Y funcionará’. Creo que se podría decir que, de algún modo, probablemente sea el primer episodio moderno de Los Simpson.
Rich Moore: Como en ese momento teníamos recursos de diseño limitados, no podías simplemente decir a los diseñadores de fondos: «Está bien, necesito otro edificio. Necesito esto. Necesito aquello. Necesito el diseño del Instituto Lanley. Tiene que verse bien, pero solo es para una toma». No puedo pedirles a estos muchachos que dediquen tanto tiempo a cosas que solo se verán de pasada, o que diseñen todas las ubicaciones de una nueva ciudad. Vivía en Pasadena, así que me di una vuelta con una cámara. El Instituto Lanley salió de un edificio en el casco antiguo de Pasadena.
Simplemente pasé por alto al equipo de diseño y le di las fotos a la artista de diseño de fondos, que era amiga mía, Nancy Kruse. Las diferentes ubicaciones de North Haverbrook fueron todas fotos tomadas en North Hollywood. Creo que llegó un momento en el que usé una vieja polaroid para tomar fotografías rápidamente, porque no había tiempo para revelar el carrete. Nunca antes nos habían pedido que hiciéramos ubicaciones tan grandes y ambiciosas, y eso supuso un gran esfuerzo para el equipo de diseño. Esa fue mi especie de solución.
LEONARD NIMOY COMO ESTRELLA INVITADA
Mike Reiss: Le ofrecimos [inicialmente] el papel a George Takei. Ya había estado en la serie y era un gran invitado, un tipo muy divertido, pero estaba en el comité de un proyecto de transporte público en Los Ángeles y no quería burlarse de los monorraíles. Entonces, como ya estábamos pensando en Star Trek, decidimos preguntarle a Leonard Nimoy. No pensamos que lo conseguiríamos, pero lo hicimos. Llegó y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa. Estaba dispuesto a burlarse de sí mismo.
David Silverman: Estábamos muy emocionados de tener a Leonard Nimoy como estrella invitada. ¡Es Spock! Todos adorábamos Star Trek y todos adorábamos a Spock. No es ningún secreto que habían ido tras George Takei, pero había solicitado muchos cambios porque estaba en la junta de transporte del Sur de California y estaba preocupado por eso.
Rich Moore: Teníamos a un gran diseñador de personajes llamado Dale Hendrickson. Realmente transformaba a las celebridades con el estilo de Los Simpson como nadie. Me encanta esa caricatura de Leonard Nimoy porque soy un gran fan de Star Trek. Dale era el mejor. Podía caricaturizar a cualquier celebridad al estilo de Los Simpson y capturar de verdad la esencia de la persona.
Jeff Martin: [Nimoy] fue muy amable y resultó fácil trabajar con él, y un buen tipo cuando fuimos a grabar su voz. Recuerdo la frase, «Tenemos eclipse, el ballet cósmico sigue su curso». Cuando llegó a esa línea, dijo: «Está bien, sé cómo interpretar esta frase», es decir, «Puedo ser pretencioso y vacío, como tú quieres que sea».
Josh Weinstein: Me gusta mucho el material de Leonard Nimoy. Cuando Barney dice: «Usted aquí no ha hecho nada». Y él contesta: «¿Usted cree?», y luego él sonríe y desaparece. Esa es una de mis partes favoritas. Que alguien se teletransportara en Springfield era algo que no se había hecho antes. Hubo un montón de chistes que derribaron muros y que funcionaron porque eran muy divertidos. Creo que también abrió nuevos caminos para contar chistes. Era un chiste tan divertido que teníamos que hacerlo, pero eso abrió la puerta a chistes más absurdos.
Rich Moore: Es una de esas cosas en las que cuando estás trabajando en ella piensas: «Esto es extraño, divertido y obtuso. Me encanta. Y espero que a todos les guste como a mí». Es muy reconfortante cuando estás metido en tu burbuja trabajando en estas cosas y te hace reír, y esperas que la gente lo vea de la misma manera que tú. Me encanta ese tipo de cosas, y saber que se ha vuelto tan conocido, con todos los memes y las referencias, es realmente satisfactorio como artista y director.
CLÍMAX DE PELÍCULA DE CATÁSTROFES
Mike Reiss: Estaba dando una charla en un festival de animación en Eslovaquia y me dijeron: «Trae un episodio que podamos mostrar en la pantalla grande». Llevé el episodio del monorraíl. Era la primera vez que lo veía en 20 años y dije: «¡Mierda, esto es bueno!» En la pantalla grande ni siquiera se reproduce como un episodio de Los Simpson, se reproduce como una película. Gran parte del mérito es de Rich Moore, quien lo dirigió como una película. El clímax, con el monorraíl atravesando la ciudad, por loco y tonto que sea, es muy emocionante y dinámico.
Rich Moore: Todo se hizo con cobertura [varias tomas y planos de una misma escena]. Eran escenas desordenadas. Realmente eran solo conjeturas. «Voy a necesitar este tipo de toma. Voy a necesitar que se aleje de la cámara, voy a necesitar que se acerque a la cámara, arrastrando esta ‘M’ gigante como un ancla y dando saltos». Como no había mucho tiempo por delante antes de que se animara, fue como: «Está bien, voy a tener que liberarme un poco y confiar en que si creo este conjunto de tomas, podremos construir algo que valga la pena para el final».
David Silverman: La toma del monorraíl en la que la cámara pasa muy rápido es realmente genial. Hay muchas de las que llamamos tomas multiplano del monorraíl pasando de perfil a toda velocidad, con cosas en primer plano y el fondo moviéndose más lentamente, dando una sensación real de dimensión. Eso hizo que fuera brillante.
Rich Moore: Hay que recordar que había un gran equipo de personas en el estudio de animación trabajando en esta serie. Y una cosa es que algunos estén implicados en el proyecto, pero mi trabajo era conseguir que todos los demás se implicaran. Esto es enorme y ambicioso, y vamos a dedicarle muchas horas extras a este episodio. Fue realmente genial que todos se involucraran e hicieran todo lo posible para sacarlo adelante. El equipo realmente estuvo a la altura de las circunstancias porque el episodio les encantó de verdad. Nadie trabajaba solo para ganarse un sueldo. Las personas involucradas en él, de arriba a abajo, realmente tuvieron mucha pasión.
David Silverman: Lo que realmente me encanta del trabajo de Rich es que todo lo que hace está muy bien diseñado. Tiene un fuerte sentido de la sincronización cómica en la actuación de la animación: preparar un chiste, obtener la recompensa y organizarlo correctamente. Él es muy consciente de eso. También es muy entregado. Trabaja incansablemente y quiere que las cosas sean perfectas. Es muy exigente. Él sabe lo que quiere ver y puso todas esas habilidades en acción.
RECEPCIÓN DE LA CRÍTICA
Mike Reiss: Es una gran sensación que a la gente todavía le gusten estas cosas y que todavía se mantenga 27 años después, pero lo que me di cuenta recientemente es que la gratificación se ha retrasado mucho, con este episodio en particular. Fue una producción muy dura. Yeardley Smith [la voz de Lisa Simpson] llegó a decir, y está grabado, que al elenco de actores no le gustó hacer este episodio y que a los fans no les gustó porque, en ese momento de la historia de Los Simpson, era extraño. Estaba muy lejos de lo que habíamos estado haciendo en la serie. Es agradable sentir la gratificación, pero ha llegado muy tarde respecto a la época en la que estábamos haciendo todo el trabajo duro.
Rich Moore: En cuanto a la producción, la serie no había sabido resolver cómo lograr estos episodios más grandes y espectaculares. Los escritores los amaban y los productores los amaban. Todos los amábamos. Pero había personas en el estudio de animación que decían: «Tenemos que decirles que recorten. Son demasiado complejos». Una parte de mí está pensando: ‘Estamos pidiendo mucho’, pero el artista, o incluso el niño dentro de mí está pensando: ‘No, estos son jodidamente increíbles y solo tenemos que descubrir cómo hacerlos’. Siempre me incliné más en esa dirección, porque me gustó la ambición de los episodios y hacia dónde llevaban a la serie. Desde solo una comedia familiar hasta estas grandes y abrumadoras piezas animadas. Eran como pequeñas películas.
Jeff Martin: Algo divertido que ocurrió a partir de ese episodio es que escuché a la gente decir respecto a un estafador o a un charlatán: «Lo siguiente es que tratará de venderles un monorraíl», lo cual demuestra el alcance cultural de Los Simpson. Siempre pienso: «Bueno, eso no es justo. No se nos ocurrió a nosotros». Fue una parodia directa y afectuosa y un homenaje a «Vivir de ilusión», pero supongo que «vendedor de monorraíl» es más conciso que «organizador de banda de chicos». Creo que es gracioso que cuando hemos parodiado algo, en algunos casos ha suplantado a la idea original.
Mike Reiss: En el momento en que estábamos haciendo la cuarta temporada, salió la revista Entertainment Weekly y dijo: «Los Simpson se están quedando sin fuerza. No es lo que solía ser». Fue muy deprimente porque estuve trabajando muy duro todo el año y Entertainment Weekly pensó que el programa iba cuesta abajo. Fue en una edición de fin de año y arruinó mi Navidad. Cuando me fui de vacaciones, leí que había arruinado Los Simpson. Veinte años después, Entertainment Weekly publicó un número que decía: “La cuarta temporada es la mejor temporada de la historia. Es la mejor temporada del mayor espectáculo de la historia». Es como, «Bueno, ¡me alegra que te guste ahora!»
LEGADO
Mike Reiss: Una vez que la gente superó la conmoción de que fuera una desviación del tono establecido del programa, pudieron verlo como lo que es. Es solo un episodio realmente divertido en el que todo encajó a la perfección. Lo basamos en algo bueno. Tuvimos un gran guion. Tuvimos un gran director. Trajimos a Phil Hartman. Tuvimos una gran estrella invitada. Casi siempre, cuando hay una película o un programa de televisión clásico, es porque todos los elementos correctos encajaron.
Jeff Martin: Fuimos un paso más allá y funcionó. Tenía uno de los mejores números musicales. Es una buena canción, y es una canción divertida, y realmente pone en marcha la trama. Toda la tercera parte del episodio es una parodia realmente divertida de las películas de catástrofes. Probablemente haya una mayor densidad de chistes absurdos y realmente extravagantes que funcionaron.
Rich Moore: Recuerdo que pensé: «¿Esto va a ser algo nuevo, que haya uno o dos grandes episodios de acción por temporada?». Sin pensar nunca que casi todos los episodios llegarían a ser tan importantes como el del monorraíl. Se hicieron enormes en un par de temporadas.
David Silverman: No sé si fue un descubrimiento o simplemente una sensación orgánica de que cuanto más nos expandíamos y más invertíamos en personajes más allá de los cinco Simpson, mejor era para la serie. Creo que ese es uno de los pilares de nuestro éxito, de nuestra longevidad. No solo dijimos: «Nos vamos a centrar en estos personajes», como se supone que tienes que hacer en una comedia de situación, solo por razones financieras. Somos una animación. Podemos centrarnos en el Jardinero Willie. Podemos centrarnos en el Capitán McCallister. Podemos centrarnos en el Dependiente de la Tienda de Cómics.
Josh Weinstein: Si me pusieran un arma en la cabeza y me dijeran: «Dime el mejor episodio de televisión de todos los tiempos». Es este. Es «Marge contra el monorraíl». En ese momento impresionó a la gente, en cierto modo porque nada había sido así hasta la fecha, con los diferentes niveles de comedia y todo lo que sucedía en un episodio. Creo que fue revelador para la gente, incluyendo también para el equipo, en términos de lo que se podía hacer en una serie. Todos los guionistas originales y Sam y Matt y Jim, crearon esta cosa nueva, y este episodio fue un gran paso en su evolución.
Fuente: VICE
[Traducido por Actualidad Simpson]
000showman000 dice
¡¡Gran publicación!!
Qué sí, que proviene de otra web. Pero con tú traducción llegará a un público hispano. Lo cual se agradece.
Y, en lo personal, este tipo de publicaciones me inspira.
Saludos
Darío dice
Gracias!!
Me alegro de que te haya gustado e inspirado.
También me pareció muy interesante y por eso decidí traducirlo.
Sito_pixelacos dice
Desde luego no se si será el mejor episodio de los Simpson, pero cuando pienso en cual podria ser el mejor es el primero que me viene a la cabeza. Todo en el es genial. Creo que es el capitulo de los Simpson con mas gags por segundo, y desde luego es con diferencia el capitulo del que mas frases se recuerdan.
El doblaje en castellano tambien estuvo a la altura. Las canciones no siempre se doblaban, y aqui tuvieron la dignidad de traducirlas y doblarlas de forma magistral consiguiendo rimas y todo. Algo que no llego a entender es por que en el capitulo recopilatorio se le cambió la letra (tanto a la cancion del monorrail como a la de los picapiedra) e incluso cambiaron a Pepe Padilla por Antonio Esquivias para hacer de Lanley. Supongo que en esa epoca no se molestaron mucho y al no tener todo en digital debia ser mas costoso buscar en el archivo la letra de las canciones o los actores asociados.
Lo de Nimoy y las leyes de la fisica es curioso tambien, porque es cierto. En la serie siempre se ha respetado hasta cierto punto, con su nivel de slapstick, pero sin cosas fantasiosas. Creo que Spook desapareciendo es de las pocas veces que se lo pasaron por el forro sin ser ni un sueño ni un capitulo de Halloween.
Muchas gracias por el articulo, no solo por traducirlo, sino por descubrirmelo. 27 años ya… madre mia. Como pasa el tiempo.